miércoles, 15 de agosto de 2012

El principito


Si alguien ama a una flor de la que no existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas. Se dice: "Mi flor esta allí, en alguna parte..." Y si el cordero come la flor, para él es como si, bruscamente, todas las estrellas se apagaran. Y esto, ¿no es importante?


Amor por lo simple, lo sencillo, lo cotidiano de la vida. Preciosamente expresado en esta pequeña historia.

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