Lo que intento decirte es que entiendo
lo que es sentirse
el ser más pequeño,
insignificante
y patético de la humanidad
y lo que es
sentir dolor en
partes del cuerpo que ni siquiera sabías que tenías.
Y da igual cuántas veces te cambies de peinado,
o a cuántos gimnasios te apuntes,
o cuántos vasos de Chardonnay te tomes con las
amigas,
porque sigues
acostándote todas las noches
repasando todos
los detalles
y preguntándote
qué hiciste mal o qué pudiste malinterpretar.
Y cómo diablos
en ese breve instante pudiste
pensar que
eras tan feliz.
A veces incluso
logras convencerte de que él
verá la luz y se
presentará en tu puerta.
Y después de
todo eso
y aunque esa
situación dure mucho tiempo,
vas a un lugar
nuevo y conoces a gente
que te hace recuperar tu amor
propio.
Y vas recomponiendo tu alma pedazo a pedazo,
y toda esa época
difusa,
esos años
de tu vida que has malgastado,
empiezan por fin a desvanecerse.
A.
A.
No hay comentarios:
Publicar un comentario