viernes, 25 de marzo de 2011

:Mis mañanas deben ser silenciosas y tranquilas, si no lo son, empiezo el día con mal humor. De ese mal humor que hace que todos se alejen (afortunadamente) y te dejen en paz.


No me gusta almorzar sola, si sé que será así prefiero salir a caminar y tomar un café en algún bar (claro que después no estoy en mi óptimo rendimiento durante el día, pero bueno). Para mí almorzar sola es triste, me resulta demasiado solitario, a pesar del hecho de que amo estar sola.

Con respecto a la merienda, me es totalmente indiferente.

Amo cenar en total silencio, ser el único ser sentado a la mesa. Es el momento en que todo se detiene y puedo desprenderme de todas las cosas malas del día para dormir placenteramente.

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