Asagiri: Oye, Yatsumura-san ¿te acuerdas de la promesa que hicimos ese día? La promesa de dedo. Que vendríamos a esta playa juntas de nuevo. Está bien si no recuerdas. Pero, por encima de todo, quería mantener esa promesa. Yatsumura-san, antes de conocerte, deseaba la muerte todos los días. Creí que una persona como yo, quien no tenía lugar entre las personas, no tenía razón para vivir. Pero luego me lo dijiste, Yatsumura-san: que no era tan débil o sin valor como pensé ¿sabes lo feliz que me hizo? Era la primera vez en mi vida que me dijeron que tenía valor. Tú me enseñaste mi razón de vivir. Yatsumura-san, no sé lo que significa vivir con fuerza. Pero no importa lo que pase, quiero que tú sigas viviendo. Lo siento, pero es por eso que te estoy traicionando a ti y a tu deseo por mí, de vivir fuertemente. Esa es mi respuesta. Yo quiero vivir por ti, Yatsumura-san. Ya no tengo resentimiento hacia mi misma o el mundo ¿cómo podría después de conocerte?
(Aquí se muestra a Yatsumura de niña llorando por la muerte de sus padres).
Yatsumura: Alguien que me salve, estoy asustada, estar sola es aterrador. Alguien, por favor, esté a mi lado.
Asagiri: Tsuyuno...
Yatsumura: ¿Quién eres tú?
Asagiri: Lo hiciste muy bien. Estar sola en un lugar oscuro como este. Pero ya no estarás sola. Estaré contigo hasta el final.
[...]
Yatsumura: Mi amiga es tan bondadosa, que limita con la estupidez. Amable y fuerte, la mejor compañera. Gracias por vivir conmigo.
Nana: En ese caso, déjenme hacerles una última pregunta: ¿ustedes son almas desafortunadas?
Asagiri: Me convertí en
una Chica Mágica porque era desafortunada. Pero en este momento, todo lo que sé
es esto: ¡Mi desgracia no es algo que otra persona decida!
